Monday, October 28, 2013

Hablemos del problema de raíz: ¡no más violencia ni agresiones en los estadios!

Mucho se ha hablado  de lo que sucedió este domingo durante el clásico universitario del fútbol chileno entre la U y la Católica.
Me impresiona ver las reacciones de la gente, hinchas, y de los mismos protagonistas del partido, incluyendo jugadores, equipos técnicos y dirigentes. Se buscó descalificar al jugador agredido, tildar el episodio como "teatro", y tratar de justificar sus alegatos con que jugadores del equipo habrían recibido también proyectiles y siguieron jugando. 
No quiero ni meterme en la discusión de que la reacción del agredido fue exagerada, que se podría haber seguido jugando, que todo fue un truco, que el pecho frío, etcétera. Nada de esto hubiese ocurrido si nunca nada hubiese caído desde las tribunas.
En otras palabras, no podemos encerrarnos a discutir asuntos secundarios si es que no nos fijamos primero en el problema de raíz: violencia y agresiones donde nunca deberían haberlas.
Son tantas las preguntas que se me vienen a la cabeza que no sé ni por donde empezar. Primero, justificar la situación ocurrida el domingo al decir que hubo otras agresiones anteriores y que sin embargo los agredidos siguieron jugando demuestra que la capacidad de reflexión y amplitud de miras es limitadísimo ¡No se trata de eso! Esto refleja el transfondo cultural pobre y poco civilizado, que en teoría afectaría la integridad y seguridad de ellos mismos, los jugadores.
Segundo, yo pienso que el árbitro tomó la decisión correcta, especialmente si nos enfocamos en cómo terminar con este tipo de acciones y actitudes. Si es que realmente queremos eliminar la violencia de los estadios, simplemente NO se pueden permitir agresiones. Y esto lo digo para cualquier equipo, partido con cualquier resultado y cualquier país del mundo. ¿De qué forma podemos parar esto? Con educación y el ejemplo. Es decir, idealmente que nuestros niños nunca vean una agresión de este tipo. ¿Cómo llegar a ésto? Con medidas drásticas, como terminar el partido apenas haya una agresión, multar al equipo, penas legales en contra de los infractores y repudio GENERALIZADO en contra de episodios como éstos (¡lo que incluiría el repudio del equipo perjudicado!). De esta forma, nuestros niños verán que estas acciones son simplemente inaceptables. Veo los partidos de las ligas europeas donde no hay rejas (y ni siquiera una pista atlética) que separen a la gente de los jugadores, y a nadie se le pasaría por la cabeza agredir físicamente a alguien en la cancha (jugadores, arbitros, etc.). ¿Podremos algun día tener este nivel de educación y cultura en Chile? Ir al estadio y que no haya una reja entre los espectadores y jugadores es un sueño que espero podamos alcanzar. 
Y ahora un comentario mas general: usted estando en el balcón de su departamento, ¿agarraría una tapa de botella (o cualquier cosa) y se la tiraría a un transeúnte por su sexo, color, ideología política o tendencia sexual? No, ¿verdad? (espero esa sea su respuesta, si es que es sí, nada de esto le aplica a usted). Entonces, ¿porqué uno puede hacer esto en otras circunstancias, al cambiar el balcón por la gradería y al transeúnte por un jugador del equipo contrario? Antes de ser futbolistas (o mujeres, o de izquierda/derecha, o blancos/negros, o gays) somos personas, como cualquier otra.  El futbol y el deporte en general deberían ser un ejemplo de tolerancia y paz, y desde aquí permear estos valores a la sociedad. No al revés. El respeto hacia otras personas es lo más importante y lo que debe prevalecer siempre.

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